La innovación en el lugar de trabajo tiene que ver con la creación, la incubación y la implementación de nuevas ideas. Si bien puede estar relacionada con los productos o servicios de una empresa, es igual de importante en la estrategia, los procesos y los métodos de la organización. Los tipos de innovación pueden incluir la tecnología, los modelos de negocio, los RR. HH. y el marketing, y también las actividades que suponen un contacto directo con el cliente.

Mientras que muchas empresas se enfocan en satisfacer las expectativas de sus clientes y empleados, la innovación es, sin lugar a dudas, la verdadera clave del éxito. Las empresas que no incorporan innovaciones tarde o temprano se estancan. Sin embargo, esto no significa que la gerencia y el personal deban atravesar cambios drásticos de manera regular. La innovación puede ser enérgica e integral o puede consistir en una serie de pequeños cambios incrementales que impulsen el desarrollo de manera sistemática e ininterrumpida.

En líneas generales, la innovación en el lugar de trabajo puede dividirse en dos categorías:

• Innovación externa: incluye cambios en la estrategia de marketing, la cultura de la empresa, la marca y el desarrollo de productos y servicios.

• Innovación interna: comprende cambios en el funcionamiento de las organizaciones, incluidas las estructuras y jerarquías de empleos, equipos y directivos, las estrategias de mentoría y asesoramiento, y las iniciativas impulsadas por los empleados.

Internamente, la innovación en el lugar de trabajo es más eficaz cuando permea todos los aspectos de la cultura de la empresa; cuando, por medio de sesiones de intercambio de ideas y el desarrollo de nuevas perspectivas y formas de trabajar, se alienta la participación y la colaboración de los empleados de todos los niveles.

La evidencia demuestra que la innovación es fundamental para el crecimiento económico y el aumento de la productividad, así como para aumentar los índices de contratación y mejorar la satisfacción de los empleados. Según encuestas del Gobierno del Reino Unido, las firmas que innovan crecen aproximadamente dos veces más rápido que aquellas que no lo hacen. Y la adopción de prácticas innovadoras puede mejorar la productividad, la salud, la participación y el bienestar de los empleados en entre un 20% y un 60%.

Algunos de los beneficios más significativos de una cultura laboral centrada en la innovación tienen que ver con los propios empleados. Según una investigación reciente de Forbes, existe una correlación positiva entre la participación de los empleados y la innovación. Los empleados que participan activamente son más flexibles, tienen una mayor conexión emocional con su trabajo y están más predispuestos a asumir desafíos y a innovar. El pensamiento innovador trae consigo la oportunidad de desarrollarse y aprender tanto de los éxitos como de los fracasos. Una investigación de Deloitte muestra que las organizaciones con una cultura de aprendizaje sólida tienen un 92% más de probabilidades de desarrollar productos y procesos novedosos y son un 52% más productivas.

No hay una única manera de ser creativos en el lugar de trabajo: la innovación puede adoptar muchas formas diferentes.

Innovación sostenida o incremental: este es un tipo de innovación continua. Pese a no ser algo drástico, puede sentar las bases para una cultura centrada en la innovación que influya en las esferas de actividad de todos los miembros del personal. En este tipo de innovación, todos los departamentos y las personas adoptan un pensamiento innovador de manera natural y buscan oportunidades para aportar ideas, experimentar con ellas y desarrollarlas.

Innovación revolucionaria o espontánea: puede generarse intencionalmente a través de iniciativas puntuales o sesiones extraordinarias de intercambio de ideas, o bien a partir de problemas o inconvenientes que surjan en el lugar de trabajo. También puede ser motivada por las demandas de los clientes, la aparición de nuevos clientes potenciales o los cambios en el mercado en general.

Innovación disruptiva: puede producirse ante el surgimiento de circunstancias imprevistas que demandan medidas inmediatas, o cuando una empresa tiene una mentalidad lo suficientemente abierta y positiva para probar cosas nuevas, por más que no exista una necesidad urgente. Este tipo de innovación, en especial cuando conduce al éxito, suele verse como un accidente afortunado o un golpe de suerte. Pero, en realidad, requiere no solo de la confianza necesaria para emprender el cambio, sino de un marco estratégico, y las empresas mejor preparadas para adaptarse con rapidez son las que obtienen los mayores beneficios.

Además, la innovación también es impulsada por otros factores. Entre ellos, se incluyen la inversión y los avances en tecnología, la colaboración interna (tanto deliberada como fortuita), la participación de los clientes o las nuevas ideas y experiencias que arrojan las investigaciones. Las culturas empresariales innovadoras están abiertas a todos estos factores. En ellas, todo el mundo puede hacer su aporte para mejorar la eficiencia, el rendimiento, el disfrute y la productividad, por lo general, con un bajo costo o sin costo adicional alguno para la empresa.

La encuesta "Engage for Success", también conocida como el informe MacLeod, examinó organizaciones del Reino Unido para establecer el vínculo entre un alto nivel de participación de los empleados y el aumento del rendimiento. La encuesta hace hincapié en la importancia de contar con las condiciones adecuadas para desarrollar todo el potencial de una cultura innovadora en el lugar de trabajo. Afianzar la integridad, desarrollar la confianza, y el compromiso y la comunicación bilateral son aspectos clave para maximizar los beneficios de una cultura verdaderamente centrada en la innovación.

Para promover la innovación, hay varias cuestiones que deben tenerse en cuenta.

1. Prepárate para la innovación

Antes de desarrollar estrategias innovadoras, asegúrate de resolver cualquier problema u obstáculo. Reconoce las limitaciones que atentan contra el pensamiento innovador, como la falta de confianza, la falta de tiempo o una dependencia excesiva de las formas tradicionales de hacer las cosas. Asimismo, fomenta las formas de pensar novedosas y disruptivas. Recién una vez que toda la organización funcione partiendo desde una mentalidad optimista y tenga la libertad de cuestionar el orden establecido, los avances serán verdaderamente innovadores.

2. Haz que sea un asunto de todos

Una cultura empresarial innovadora incluye a todos. Puede resultar útil hacer encuestas periódicas, usar buzones de sugerencias y organizar sesiones de comentarios para que el personal sepa que la empresa está abierta a las nuevas ideas y generar nuevas formas de retroalimentarse de los avances y los cambios a medida que ocurren. Las empresas donde la diversidad y la inclusión sean de verdad moneda corriente se beneficiarán de una enorme variedad de experiencias y perspectivas cuando todos se animen a formar parte.

3. Asegúrate de que haya una verdadera participación generalizada

La participación se basa en la confianza y en un compromiso bilateral entre una organización y sus empleados. De acuerdo con una investigación de Gallup, el aumento en los niveles de participación está relacionado con el aumento en los niveles de innovación.

4. Reconoce y recompensa el pensamiento innovador

El reconocimiento de los empleados es esencial para sostener una cultura de innovación. Las investigaciones demuestran que cerca del 88% de los empleados que afirmaron haber recibido un reconocimiento por su buen desempeño consideraron que se debió a que la empresa los alentó a innovar de manera proactiva.

5. Disuelve las jerarquías tradicionales

En materia de pensamiento innovador y su puesta en práctica, el papel que desempeña cada persona es igual de importante, independientemente de su nivel de experiencia o del cargo que ocupe en la empresa. En una encuesta reciente, el 45% de los empleados coincidieron en que superar las barreras entre los diferentes niveles directivos es uno de los mayores desafíos del pensamiento innovador en las empresas.

6. Contrata equipos diversos

Las empresas realmente innovadoras intentarán contratar a personas que estén abiertas a la innovación de manera genuina, pero, lo que es más importante aún, que también representen la verdadera diversidad de contextos y experiencias. Esto puede aportar una perspectiva más amplia y valiosa a los debates y procesos.

7. Asegúrate de que el pensamiento innovador vaya de la mano con la equidad

Al poner a prueba ideas innovadoras, no pierdas de vista la seguridad, la inclusión, la diversidad y la sostenibilidad.

8. Alienta la colaboración

Combina equipos y personas de distintos departamentos y niveles directivos para que cuestionen y pongan a prueba las ideas desde diferentes miradas. Esto puede hacerse extensivo a clientes tanto actuales como anteriores, quienes pueden ofrecer perspectivas provechosas para la innovación.

9. Ofrece y pide comentarios

Cada vez más, los empleados priorizan los comentarios formales e informales como una oportunidad de aprendizaje. Los millennials y los integrantes de la generación Z son particularmente demandantes a la hora de elegir dónde desean a trabajar y buscan formas más colaborativas de hacerlo.

Para obtener comentarios, también puedes preguntarles a tus clientes qué buscan en una empresa como la tuya y si tienen ideas sobre cómo podrías mejorar tus productos y servicios. Este puede ser un proceso gratificante para ambas partes y refleja tu compromiso de tener en cuenta la opinión del cliente para forjar juntos el futuro de la empresa.

10. Brinda tiempo y libertad para innovar

Asegúrate de que todos entiendan que la innovación es una prioridad, y genera oportunidades para pensar de manera creativa a la hora de intercambiar opiniones o debatir nuevas ideas. Puedes organizar actividades que promuevan la creatividad, como talleres de arte, escritura o cocina, clases de teatro o juegos donde haya que resolver problemas. Pueden estar relacionadas con problemas de la empresa o plantearse simplemente como oportunidades para experimentar nuevas formas de pensar, colaborar y aprender.

11. Atrévete a fracasar

El fracaso o la decepción no son el fin de la innovación. Son una oportunidad para perfeccionarse, adaptarse y aprender.

12. Usa la tecnología como herramienta

Hay una variedad cada vez mayor de software y herramientas de gestión de proyectos diseñados para ayudar con la innovación y el proceso de creación en el lugar de trabajo. Esto incluye el uso de herramientas de colaboración y de la realidad virtual y el metaverso como formas de contribuir al desarrollo y el crecimiento de tus ideas.

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